La historia empieza en 1672, cuando un magnate rico y poderoso de Venecia, Niccolò Contarini, se trasladó a Francia como embajador del dogo. Contarini era un hombre inteligente e ingenioso, con una obsesión por la historia y el conocimiento. En su estancia en París, descubrió una estatua de bronce, que le llamó la atención por su belleza incomparable, pero sobre todo porque parecía tener vida propia. Las ojeras del rostro parecían moverse constantemente hacia él y sus ojos brillaban con una luz sobrenatural.Contarini decidió comprar la estatua y enviarla a su residencia en Venecia, junto a su esposa Cattarina. La estatua llegó a la mansión de Contarini el 31 de octubre del año 1672 y se instaló en una habitación especialmente decorada para ella.La familia Contarini vivió tranquilamente por un tiempo, pero pronto comenzaron a notar cosas extrañas cuando alguien acercaba su rostro a la estatua. Según los testimonios de aquellos presentes, el ojo derecho de la estatua parecía moverse y mirar a quien estaba hablando con ella. Además, se decía que podía predecir eventos importantes. Unos días después de su llegada, Contarini había oído hablar del inminente asedio turco a Venecia. El ojo derecho de la estatua comenzó a brillar con una luz extraña y pareció mirar al mar mientras se escuchaba el grito de guerra en el lejano Oriente.La estatua siguió haciendo predicciones a medida que el tiempo pasaba. Contarini estaba impresionado por la capacidad del objeto para predecir eventos importantes, pero también estaba un poco preocupado por lo que podría ser una señal de mal agüero. El dogo de Venecia, en ese momento, era Alvise Mocenigo, un hombre ambicioso y cruel que tenía la intención de expandir el dominio de la república en Oriente. Cuando Contarini le informó sobre las predicciones de la estatua, Mocenigo quedó fascinado y decidió utilizar su poder para asegurarse del objeto.Contarini se negó a ceder la estatua a Mocenigo, pero el dogo no se rindió fácilmente. En abril de 1673, Mocenigo envió una fuerza armada para invadir la residencia de Contarini y allanarla en busca de la estatua. Contarini y su familia lograron escapar por la noche, pero la estatua fue capturada por los soldados venecianos.El dogo se hizo cargo de la estatua y la instaló en el Arsenal de Venecia, junto a otras obras artísticas importantes. La estatua siguió haciendo predicciones para aquellos que la acercaban, pero sus predicciones no eran siempre correctas y comenzaron a desacreditar su reputación.El ojo derecho de la estatua continuó brillando con una luz extraña, pero las predicciones de la estatua se hicieron menos frecuentes hasta que finalmente se detuvieron por completo. La estatua fue olvidada durante décadas y pasó a manos de varios coleccionistas antes de ser vendida al actual dueño, un misterioso hombre que se hace llamar solo ‘El Maestro’. El Maestro ha mantenido el secreto del ojo derecho y continúa utilizando la estatua para hacer predicciones en secreto.La leyenda del ojo de Cattarina sigue siendo un misterio que mantiene a los historiadores y a los curiosos. El objetivo de quien acerca su rostro a la estatua es desvelar el origen de la estatua y descubrir cómo funciona realmente el ojo derecho.




