El 24 de septiembre de 1940, alrededor de las 11:30 a.m., un desconocido hombre llegó a la estación de policía en Tijuca, Brasil con una caja de madera. El oficial de policía se sorprendió cuando abrió la caja y encontró la cabeza de un hombre sin cuerpo. La cabeza era completamente intacta y estaba atada con una cinta. Los residentes del lago Rodrigo de Freitas habían informado sobre el encuentro de un bote flotando en el lago con algo en él, y las autoridades acudieron al lugar y encontraron la cabeza junto con el bote.
La cabeza tenía los ojos abiertos, pero no había signos de violencia. La causa de la muerte nunca se determinó con certeza, aunque algunas teorías incluyen que fue un asesinato ritual u otros supuestos criminales ocurridos en ese momento.





