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El misterio del hombre sin huella

El 20 de diciembre de 1967, se produjo un robo en el banco del parque Central de Nueva York. El ladrón, un hombre alto y gordo con una cabeza grande, se hizo de los fondos del banco utilizando una bomba y huyó sin huella.En los meses siguientes, la ciudad fue golpeada por una serie de robos similares en las casas de los habitantes ricos de Manhattan, así como asesinatos en los que las víctimas fueron encontradas con sus pertenencias desaparecidas y sin huellas. Los detectives se sintieron atrapados por el caso, ya que no podían identificar al culpable utilizando las técnicas de investigación habituales.Durante uno de los interrogatorios con un sospechoso, el detective Joseph Cotterman descubrió una pista crucial: el hombre que hablaba con él no tenía huellas dactilar en ninguna parte del cuerpo. La mayoría de las personas tienen al menos algunas huellas en la cara, los dedos y los pies, pero este hombre parecía estar completamente libre de ellas.Cotterman decidió contactar a un especialista en huellas dactilar del departamento de polícia, el capitán Richard Abramson. Juntos, exploraron la historia criminal del supuesto hombre sin huella y descubrieron que había sido despedido de un banco después de haber robado más de 100 000 dólares en los años sesenta. Además, habían sucedido tres intentos de robo fallidos en los cuales el sospechoso se había aproximado a las casas de los ricos y se había convertido invisible utilizando una sustancia desconocida.Abramson y Cotterman concluyeron que el hombre sin huella debía ser un ex criminal con habilidades especiales para evitar ser identificado por cualquier medio. Utilizaron la descripción del sospechoso y comenzaron a distribuirla en las estaciones de policía, oficinas de correo y otros lugares públicos en toda la ciudad.El 17 de enero de 1968, una mujer llamada Ethel Rosenberg se acercó a la estación de policía con un dossier sobre el supuesto hombre sin huella que había sido enviado al departamento del FBI. La información contenida en el dossier era claramente falsa, y habían sido hechos esfuerzos para crear la ilusión de que el hombre sin huella era un espía soviético. A pesar de ello, la información del FBI proporcionó a Abramson una pista crucial sobre cómo había sido posible que el supuesto hombre sin huella evitara ser identificado por cualquier método: se habían utilizado gomas de mascar en sus dedos y pies para evitar que dejaran huellas al tocar objetos.Abramson y Cotterman comenzaron a buscar la casa del hombre sin huella, pero no tuvieron éxito hasta el 16 de marzo de 1968, cuando recibieron una llamada desde un cuerpo delictivo en la ciudad. El cadáver encontrado era el supuesto hombre sin huella.Los investigadores encontraron una rica colección de arte robado en la casa del supuesto hombre sin huella, así como más de 1 millón de dólares en efectivo. Abramson y Cotterman concluyeron que el hombre sin huella había sido un ex criminal con habilidades especiales para evitar ser identificado por cualquier método.El caso del hombre sin huella ha permanecido como uno de los más extraños e intrigantes de la historia criminal de Nueva York, y aún hay muchas preguntas que no han podido resolverse hasta el día de hoy.